BENDICIÓN
Alguien dijo: “Todas las manzanas del diablo tienen gusanos en ellas”. Pero “La bendición de JEHOVÁ es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella” (Proverbios 10:22) Dios quiere que seamos felices con las bendiciones ¡que nos ha dado! “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.” (I Timoteo 6:17-19) No debemos ser orgullosos por nuestras bendiciones, ni confiar en las riquezas, pero sí debemos ser agradecidos con Dios por ellas. Tampoco Dios nos dio bendiciones, para que nos sintiéramos mal por tenerlas, sino para “disfrutarlas”. Abraham (Génesis 13:2), Isaac, Jacob, Moisés, el rey David y Salomón, todos ellos fueron muy ricos.
Ayuda a otros si eres rico o tienes algunas bendiciones, “Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos;” Dios espera más de aquellos que han sido bendecidos por Él. “Más el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.” (Lucas 12:48) Escuche a un hombre muy rico decir: “Si tu único propósito es acumular bienes, entonces serás infeliz” Él continuó diciendo que el tener un propósito para la riqueza lo hace divertido y te dará fuerza para llegar a la meta. La Biblia nos enseña a ser “ricos para con Dios” y la persona que “hace tesoros para sí mismo”, Dios lo llama “necio.” (Lucas 12:15-21).
Las escrituras nos enseñan a contar nuestras bendiciones, no jactarnos en ellas, recordando quien nos las dio. “Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.” (Salmo 103:2) Si alguno cuenta sus bendiciones, terminara siendo más feliz, con más esperanza y agradecido con Dios por lo que le dio. ¡Inténtalo! (Ver GRATITUD)
BUENAS OBRAS
La Biblia nos enseña que debemos ser purificados y ser celosos en buenas obras “…purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.” (Tito 2:14, 7, 3:8, 14). Las buenas obras incluyen desde honrar y cuidar a nuestros padres cuando estén grandes, hasta trabajar en la iglesia. Pero ninguna obra nos salva, “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia…” (Tito 3:5, Efesios 2:8-9) Las buenas obras pueden dar testimonio de tu fe en Cristo, o demostrar una falta de ella. “Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.” (Tito 1:16) “manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.” (I Pedro 2:12, ver también Mateo 5:16) Dios también nos dará recompensas por nuestras buenas obras (1 Corintios 3:13-14, ver RECOMPENSAS)
Alguien dijo: “Todas las manzanas del diablo tienen gusanos en ellas”. Pero “La bendición de JEHOVÁ es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella” (Proverbios 10:22) Dios quiere que seamos felices con las bendiciones ¡que nos ha dado! “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.” (I Timoteo 6:17-19) No debemos ser orgullosos por nuestras bendiciones, ni confiar en las riquezas, pero sí debemos ser agradecidos con Dios por ellas. Tampoco Dios nos dio bendiciones, para que nos sintiéramos mal por tenerlas, sino para “disfrutarlas”. Abraham (Génesis 13:2), Isaac, Jacob, Moisés, el rey David y Salomón, todos ellos fueron muy ricos.
Ayuda a otros si eres rico o tienes algunas bendiciones, “Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos;” Dios espera más de aquellos que han sido bendecidos por Él. “Más el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.” (Lucas 12:48) Escuche a un hombre muy rico decir: “Si tu único propósito es acumular bienes, entonces serás infeliz” Él continuó diciendo que el tener un propósito para la riqueza lo hace divertido y te dará fuerza para llegar a la meta. La Biblia nos enseña a ser “ricos para con Dios” y la persona que “hace tesoros para sí mismo”, Dios lo llama “necio.” (Lucas 12:15-21).
Las escrituras nos enseñan a contar nuestras bendiciones, no jactarnos en ellas, recordando quien nos las dio. “Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.” (Salmo 103:2) Si alguno cuenta sus bendiciones, terminara siendo más feliz, con más esperanza y agradecido con Dios por lo que le dio. ¡Inténtalo! (Ver GRATITUD)
BUENAS OBRAS
La Biblia nos enseña que debemos ser purificados y ser celosos en buenas obras “…purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.” (Tito 2:14, 7, 3:8, 14). Las buenas obras incluyen desde honrar y cuidar a nuestros padres cuando estén grandes, hasta trabajar en la iglesia. Pero ninguna obra nos salva, “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia…” (Tito 3:5, Efesios 2:8-9) Las buenas obras pueden dar testimonio de tu fe en Cristo, o demostrar una falta de ella. “Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.” (Tito 1:16) “manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.” (I Pedro 2:12, ver también Mateo 5:16) Dios también nos dará recompensas por nuestras buenas obras (1 Corintios 3:13-14, ver RECOMPENSAS)