SANIDAD
¿Quiere Dios que todos sean sanados? ¿Estamos enfermos porque pecamos? ¿Es una señal de falta de fe cuando nos da un resfriado? Las personas que enseñan ese tipo de cosas también se enferman y van al doctor a una clínica u hospital cuando es necesario. Hay un versículo que se encuentra en Isaías que es comúnmente usado, en el cual hacer referencia a Cristo diciendo: “…por su llaga fuimos nosotros curados.” Y el argumento es que si Cristo murió por todos, entonces él quiere que todos seamos sanados. Pero este versículo no está hablando de la sanidad de nuestro cuerpo, sino de la sanidad del alma, del perdón de pecados. “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.” (I Pedro 2:24)
¿Sigue Dios sanando a todo cristiano que ora por eso? La Biblia dice: “ porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” (Romanos 10:13), pero no hay ningún versículo que diga: “porque todo aquel que invocare el nombre del Señor será sano”. Pablo tenía un “aguijón” en la “carne” (II Corintios 12:7), Timoteo no sólo tenía “frecuentes enfermedades” sino un problema del “estómago”. (I Timoteo 5:23) ¿Eres más espiritual que Timoteo que puedes decir que un cristiano no debería estar enfermo? ¿O tienes más fe que el apóstol Pablo? Es simple Dios no siempre nos va a sanar.
¿Está mal para un cristiano ir a un hospital, llamar a un doctor o usar alguna medicina? La Biblia menciona que Lucas era un doctor (Colosenses 4:14) y la medicina; aunque limitada en sus días, fue prescrita en la Biblia (I Timoteo 5:23, Lucas 10:34, Jeremías 8:22, 51:8). El ser sano no siempre se basaba en la fe de aquel que quería ser sano, ya que algunos que murieron habían sido resucitados de la tumba (Lucas 7:22, ver también Marcos 2:4-5). Una vez más, se puede decir que pocos cristianos son tan piadosos o tienen demasiada fe como la del apóstol Pablo y Timoteo la tenían, pero ambos tenían problemas de salud (II Corintios 12:7, I Timoteo 5:23).
Pero a pesar de que algunos cristianos pueden estar enfermos y no ser sanados, como el apóstol Pablo o Timoteo, debemos seguir pidiendo con la esperanza de que Dios será misericordioso y nos sanará. “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo” (Santiago 15:14-16) Cuando la Biblia dice que debemos orar por los enfermos, también dice: “…y si hubiere cometido pecados…”, la palabra “si” quiere decir que el pecado puede o no estar relacionado con la enfermedad. Pero hay personas que si están enfermas por su pecado “…has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor.” (Juan 5:5-14, I Corintios 11:27-30). Pero “si” está enferma una persona, por causa de su pecado, entonces aquellos que están enfermos deben de “confesar” su falta “para que seáis sanados”. (Santiago 5:15-16) También hay personas que se están enfermas y no es por causa de su pecado o el de sus padres. (Juan 9:2-3).
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¿Quiere Dios que todos sean sanados? ¿Estamos enfermos porque pecamos? ¿Es una señal de falta de fe cuando nos da un resfriado? Las personas que enseñan ese tipo de cosas también se enferman y van al doctor a una clínica u hospital cuando es necesario. Hay un versículo que se encuentra en Isaías que es comúnmente usado, en el cual hacer referencia a Cristo diciendo: “…por su llaga fuimos nosotros curados.” Y el argumento es que si Cristo murió por todos, entonces él quiere que todos seamos sanados. Pero este versículo no está hablando de la sanidad de nuestro cuerpo, sino de la sanidad del alma, del perdón de pecados. “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.” (I Pedro 2:24)
¿Sigue Dios sanando a todo cristiano que ora por eso? La Biblia dice: “ porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” (Romanos 10:13), pero no hay ningún versículo que diga: “porque todo aquel que invocare el nombre del Señor será sano”. Pablo tenía un “aguijón” en la “carne” (II Corintios 12:7), Timoteo no sólo tenía “frecuentes enfermedades” sino un problema del “estómago”. (I Timoteo 5:23) ¿Eres más espiritual que Timoteo que puedes decir que un cristiano no debería estar enfermo? ¿O tienes más fe que el apóstol Pablo? Es simple Dios no siempre nos va a sanar.
¿Está mal para un cristiano ir a un hospital, llamar a un doctor o usar alguna medicina? La Biblia menciona que Lucas era un doctor (Colosenses 4:14) y la medicina; aunque limitada en sus días, fue prescrita en la Biblia (I Timoteo 5:23, Lucas 10:34, Jeremías 8:22, 51:8). El ser sano no siempre se basaba en la fe de aquel que quería ser sano, ya que algunos que murieron habían sido resucitados de la tumba (Lucas 7:22, ver también Marcos 2:4-5). Una vez más, se puede decir que pocos cristianos son tan piadosos o tienen demasiada fe como la del apóstol Pablo y Timoteo la tenían, pero ambos tenían problemas de salud (II Corintios 12:7, I Timoteo 5:23).
Pero a pesar de que algunos cristianos pueden estar enfermos y no ser sanados, como el apóstol Pablo o Timoteo, debemos seguir pidiendo con la esperanza de que Dios será misericordioso y nos sanará. “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo” (Santiago 15:14-16) Cuando la Biblia dice que debemos orar por los enfermos, también dice: “…y si hubiere cometido pecados…”, la palabra “si” quiere decir que el pecado puede o no estar relacionado con la enfermedad. Pero hay personas que si están enfermas por su pecado “…has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor.” (Juan 5:5-14, I Corintios 11:27-30). Pero “si” está enferma una persona, por causa de su pecado, entonces aquellos que están enfermos deben de “confesar” su falta “para que seáis sanados”. (Santiago 5:15-16) También hay personas que se están enfermas y no es por causa de su pecado o el de sus padres. (Juan 9:2-3).
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