PAZ
La paz es uno de los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22). Podemos recibirlo por medio de la oración, “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:6-7) Compartí estos versículos con un hermano cristiano que estaba siendo usado poderosamente por Dios, pero no tenía paz por todas las presiones que tenía sobre él. Le dije que tenía que orar y entregar sus problemas, poniéndolas en las manos del Señor hasta que tengas paz. Su respuesta fue: “He orado, pero sigo sin tener paz”. Le dije: “! Ora por más tiempo (Mateo 26:40-41)! Si, Dios también puede contestar oraciones cortas, pero hay algo cuando pasamos tiempo con Dios que nos da paz. “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.” (Isaías 26:3) Y aunque mi carne pueda luchar contra esto, si es necesario, ¡prefiero orar por dos horas que preocuparme por ello por dos semanas! Cuando el espíritu de Dios te da esta paz, es entonces cuando sabes que el problema será resuelto, incluso sino sabes cómo, ¡el saber que Dios se hará cargo es suficiente!
“Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.” (Romanos 8:5-6) Si “piensas” en las cosas de Dios y “haces” las cosas que él te pide, entonces “el Dios de paz estará con vosotros.” (Filipenses 4:8-9) “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he venido al mundo.” (Juan 16:33) El tener “la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento…” es algo maravilloso. ¡Por cierto, esto es un sentimiento! Al igual que el “gozo” y el “amor” (al menos una parte del amor es un sentimiento) y también son frutos del espíritu. (Gálatas 5:22)
Pero antes de que alguien pueda tener la paz “de” Dios, necesita tener “!paz con Dios!” La Biblia enseña que antes de que alguien sea salvo, es ¡un enemigo de Dios! “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.” (Romanos 5:8-10) El castigo por mi pecado fue puesto en Cristo, cuando confié en él para perdón de mis pecados, entonces mi deuda fue pagada. En lugar de que alguien luche en contra de Dios dentro de su espíritu, necesita ondear una bandera blanca de rendición (arrepentimiento), e invitar a Cristo a su corazón. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5:1) “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” (Juan 3:36) Si aún no lo has hecho, entonces ora y pídele a Jesucristo que entre a tu corazón y perdone tus pecados.(ver PREOCUPACION).
La paz es uno de los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22). Podemos recibirlo por medio de la oración, “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:6-7) Compartí estos versículos con un hermano cristiano que estaba siendo usado poderosamente por Dios, pero no tenía paz por todas las presiones que tenía sobre él. Le dije que tenía que orar y entregar sus problemas, poniéndolas en las manos del Señor hasta que tengas paz. Su respuesta fue: “He orado, pero sigo sin tener paz”. Le dije: “! Ora por más tiempo (Mateo 26:40-41)! Si, Dios también puede contestar oraciones cortas, pero hay algo cuando pasamos tiempo con Dios que nos da paz. “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.” (Isaías 26:3) Y aunque mi carne pueda luchar contra esto, si es necesario, ¡prefiero orar por dos horas que preocuparme por ello por dos semanas! Cuando el espíritu de Dios te da esta paz, es entonces cuando sabes que el problema será resuelto, incluso sino sabes cómo, ¡el saber que Dios se hará cargo es suficiente!
“Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.” (Romanos 8:5-6) Si “piensas” en las cosas de Dios y “haces” las cosas que él te pide, entonces “el Dios de paz estará con vosotros.” (Filipenses 4:8-9) “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he venido al mundo.” (Juan 16:33) El tener “la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento…” es algo maravilloso. ¡Por cierto, esto es un sentimiento! Al igual que el “gozo” y el “amor” (al menos una parte del amor es un sentimiento) y también son frutos del espíritu. (Gálatas 5:22)
Pero antes de que alguien pueda tener la paz “de” Dios, necesita tener “!paz con Dios!” La Biblia enseña que antes de que alguien sea salvo, es ¡un enemigo de Dios! “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.” (Romanos 5:8-10) El castigo por mi pecado fue puesto en Cristo, cuando confié en él para perdón de mis pecados, entonces mi deuda fue pagada. En lugar de que alguien luche en contra de Dios dentro de su espíritu, necesita ondear una bandera blanca de rendición (arrepentimiento), e invitar a Cristo a su corazón. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5:1) “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” (Juan 3:36) Si aún no lo has hecho, entonces ora y pídele a Jesucristo que entre a tu corazón y perdone tus pecados.(ver PREOCUPACION).