MOVIMIENTO CARISMÁTICO
Ver SANIDAD, ver LENGUAS
MUERTE
“Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,” (Hebreos 9:27) No existe la reencarnación, tenemos solamente un encuentro con la muerte, y después viene el juicio. La Biblia enseña sobre la resurrección, no de la reencarnación. La muerte toma lugar, cuando nuestro espíritu deja nuestro cuerpo (Santiago 2:26). Strong da como significado de muerte: “1) la muerte del cuerpo a) la separación (natural o violenta) del alma y del cuerpo donde la vida en la tierra termina.”
La muerte de un ser querido es considerada como la dificultad más grande que uno puede enfrentar en la vida. Y deben darse sinceras condolencias a aquellos que han perdido a su ser querido. Cristo fue al sepulcro de Lázaro y Él “lloro”, es discutible el por qué lloro, pero debemos recordar que lo hizo porque incluso el Hijo de Dios tiene emociones. (Ver. CONSUELO)
La muerte en la Biblia no significa que uno deja de existir, o no podría decirse que hay una “segunda muerte” si no hay una primera (Apocalipsis 20:14) “Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto…” (Santiago 2:26) Es el cuerpo de una persona el que duerme no su espíritu. Si el espíritu de una persona pudiera irse también a la tumba ¡este no estaría muerto! En la primera muerte, el espíritu se separa del cuerpo, en la segunda muerte, su cuerpo y su espíritu son separados de Dios en el juicio eterno. (Apocalipsis 20:11-15). (Ver INFIERNO, CIELO, y las falsas enseñanzas del DESCANSO DEL ALMA, también Salmos 23:4, Juan 14:1-6).
Cuando algún bebé muere, ellos no conocen lo que es pecado y por lo tanto no son responsables de los mismos, así que ellos irán al cielo. “Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.” (Romanos 7:9) El apóstol Pablo fue quien escribió estos versículos diciéndonos que “vivía sin la ley por un tiempo”, pero nació bajo la ley, así que ¿cómo podía haber estado sin la ley durante algún tiempo de su vida? Como bebé, él no conocía la ley de Dios o lo que es el pecado, pero cuando creció y alcanzo lo que los teólogos llaman un estado de conciencia “el pecado revivió”. Y así, como un bebé no tenía ningún conocimiento de la ley, “…pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado.” (Romanos 5:13) Cuando el bebé del rey David murió dijo: “Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí.” (II Samuel 12:23) Su hijo del David había muerto y él dijo: “…más el no volverá a mí” y esto pasó cuando el rey David murió. ¡Él llego al cielo y fue a abrazar a su hijo otra vez!
“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.” ( I Tesalonicenses 4:13-18)
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MUERTE
“Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,” (Hebreos 9:27) No existe la reencarnación, tenemos solamente un encuentro con la muerte, y después viene el juicio. La Biblia enseña sobre la resurrección, no de la reencarnación. La muerte toma lugar, cuando nuestro espíritu deja nuestro cuerpo (Santiago 2:26). Strong da como significado de muerte: “1) la muerte del cuerpo a) la separación (natural o violenta) del alma y del cuerpo donde la vida en la tierra termina.”
La muerte de un ser querido es considerada como la dificultad más grande que uno puede enfrentar en la vida. Y deben darse sinceras condolencias a aquellos que han perdido a su ser querido. Cristo fue al sepulcro de Lázaro y Él “lloro”, es discutible el por qué lloro, pero debemos recordar que lo hizo porque incluso el Hijo de Dios tiene emociones. (Ver. CONSUELO)
La muerte en la Biblia no significa que uno deja de existir, o no podría decirse que hay una “segunda muerte” si no hay una primera (Apocalipsis 20:14) “Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto…” (Santiago 2:26) Es el cuerpo de una persona el que duerme no su espíritu. Si el espíritu de una persona pudiera irse también a la tumba ¡este no estaría muerto! En la primera muerte, el espíritu se separa del cuerpo, en la segunda muerte, su cuerpo y su espíritu son separados de Dios en el juicio eterno. (Apocalipsis 20:11-15). (Ver INFIERNO, CIELO, y las falsas enseñanzas del DESCANSO DEL ALMA, también Salmos 23:4, Juan 14:1-6).
Cuando algún bebé muere, ellos no conocen lo que es pecado y por lo tanto no son responsables de los mismos, así que ellos irán al cielo. “Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.” (Romanos 7:9) El apóstol Pablo fue quien escribió estos versículos diciéndonos que “vivía sin la ley por un tiempo”, pero nació bajo la ley, así que ¿cómo podía haber estado sin la ley durante algún tiempo de su vida? Como bebé, él no conocía la ley de Dios o lo que es el pecado, pero cuando creció y alcanzo lo que los teólogos llaman un estado de conciencia “el pecado revivió”. Y así, como un bebé no tenía ningún conocimiento de la ley, “…pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado.” (Romanos 5:13) Cuando el bebé del rey David murió dijo: “Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí.” (II Samuel 12:23) Su hijo del David había muerto y él dijo: “…más el no volverá a mí” y esto pasó cuando el rey David murió. ¡Él llego al cielo y fue a abrazar a su hijo otra vez!
“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.” ( I Tesalonicenses 4:13-18)