DEPRESIÓN
(Ver MANERA DE PENSAR, ver SUICIDIO, VENCE CON EL BIEN EL MAL.)
DIVORCIO
Hay una gran cantidad de personas que están divorciadas hoy en día, tanto dentro como fuera de la iglesia. Y no slo los adultos llevan consigo las heridas de sus antiguos matrimonios, sino también sus hijos quienes son lastimados por el divorcio de sus padres. A menudo un hijo con padres divorciados, pensará que de alguna manera fue su culpa, y se les debe decir que ¡no fue su culpa! ¡Los niños también pueden tener el sueño de que sus papas vuelvan a estar juntos otra vez y algunos hijos son usados por los padres como peones! Usando a sus hijos para contactar a su ex pareja por medio de un mensaje o una llamada telefónica, esto puede incluir también las discusiones, quejas sobre la pensión alimenticia, falta de dinero para los hijos o disciplina para ellos mismo etc… Son temas que se necesitan tratar pero nunca se debe utilizar a los hijos de esta manera.
“y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” (Mateo 19:5-6, ver también Marcos 10:2-12, Lucas 16:18 y I Corintios 7:10-11) La madera contrachapada puede hacerse mediante laminación o pegando trozos de madera, de esta manera pueden ser “unidos” y después “ser uno”, pero para dividirlos (“sepáralos”), terminarán desechos en piezas de ambos lados con un desastre de por medio. Es similar con aquellos que pasan por algún divorcio terminan con sus corazones destrozados. El divorcio no es la salida para un mal matrimonio o una tentación fugaz, pero puede tener efectos duraderos. Y los hijos de un matrimonio anterior siempre pasan un tiempo difícil tratando de aceptar a su nueva mamá o papá. (En tal caso, el nuevo padre tiene que hablar con el niño y decirle, “Yo nunca tomare el lugar de tu padre o madre biológico, aun así tratare de ser un buen padre para ti.”
En Mateo 19:7 le preguntaron a Jesús: “¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla?” Cristo después contesto: “Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así. Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera.” (Mateo 19:8-9, “fornicación” en estos versículos se puede incluir en el tiempo del compromiso) (Ver Mateo 1:18-19). El divorcio era permitido “por la dureza” del corazón de los hombres, “ mas al principio no fue así” el plan de Dios. Los hombres y las mujeres han dicho: “Yo nunca te perdonare,” pero lo tiene que hacer. ¿Por qué, para que estar amargado el resto tu vida? Algunas personas corren de una relación a otra, siempre persiguiendo un arcoíris sin encontrar la felicidad.
He escuchado muchas “horribles historias” sobre esposos que eran borrachos, abusivos, y después de escuchar cómo eran, entiendo por qué la otra persona decidió irse. Pero no sería un buen siervo de Dios sino dijera que algunos en una mala situación como ésta, de algún modo por la gracia de Dios, lucharon por sus matrimonios y ¡volvieron a estar juntos otra vez! Si algún esposo está golpeando o amenazando la vida de su esposa, hay otras opciones en lugar del divorcio. Pueden estar separados, pero no divorciados hasta que pueda existir una reconciliación. “…Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.” (I Corintios 7:10-11)
Los votos matrimoniales dicen: “Prometo desde este día en adelante estar juntos para bien o para mal, en la riqueza o en la pobreza, en la salud o la enfermedad, para amarte y respetarte desde este día y hasta que la muerte nos separe”.
La Biblia dice: “La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor.” (I Corintios 7:39) Cuando decimos los votos en el matrimonio, Dios espera que cumplamos nuestra palabra. (Eclesiastés 5:4-6) Si uno de la pareja del matrimonio, se va durante el divorcio, puede volverse a casar con su primer esposo, pero no si se ha vuelto a casar con otro después de su divorcio. (Ver Deuteronomio 24:4)
En mas de una ocasión, he sabido de parejas que vienen a la casa de Dios buscando ayuda, solo para salir de la iglesia una vez que las cosas mejoran. Teniendo la idea de que “todo está bien ahora,” pero después de un corto periodo uno de ellos se va por que no ven un cambio duradero. ¡Haz una decisión de permanecer fiel a Dios y a su iglesia, incluso si Dios no te da lo que tú deseas! No asumas que tu esposo (a) sabe que hay un problema en tu matrimonio, sino que compartan el uno con el otro sus preocupaciones (cuando estén “solos”, Mateo 18:15) y no ignores el problema. Aprende como hablar sobre un problema sin ser ofensivo. Explica a tu esposo (a) de qué manera vez el problema, de la misma manera que te gustaría que alguien te lo explicara a ti. “Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.” (Lucas 6:31) “La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor.” (Proverbios 15:1, también 25:15) El recordarle a tu esposo (a) sus faltas, especialmente cuando ya se ha arrepentido siempre traerá daño. “El que cubre la falta busca amistad; Mas el que la divulga, aparta al amigo” (Proverbios 17:9) El perdón, el amor, las palabras suaves, y la comprensión son parte de un largo camino para sanar las heridas de un matrimonio. Encentra una buena iglesia, sirvan al Señor juntos y reciban consejería del pastor.
Se ha dicho que un buen matrimonio es como un triángulo con Cristo en lo más alto, y el hombre y la mujer en las esquinas opuestas del triángulo. Entre más cerca estemos de Dios, eso hará que estemos más cerca el uno del otro. ¡Cristo hizo su primer milagro en una boda! Esto lo podemos encontrar en Juan 2:2-11, y la razón por la cual Cristo fue a la boda es porque ¡había sido invitado a ir! Si ambas partes el esposo y la esposa invitan a Cristo a su matrimonio, Él puede poner todas las piezas en su lugar y dejarlas mejor de lo que estaban en un principio. El milagro que el hizo en las bodas fue que el tomo el agua común y la transformo en algo dulce, un vino nuevo.
(Ver MANERA DE PENSAR, ver SUICIDIO, VENCE CON EL BIEN EL MAL.)
DIVORCIO
Hay una gran cantidad de personas que están divorciadas hoy en día, tanto dentro como fuera de la iglesia. Y no slo los adultos llevan consigo las heridas de sus antiguos matrimonios, sino también sus hijos quienes son lastimados por el divorcio de sus padres. A menudo un hijo con padres divorciados, pensará que de alguna manera fue su culpa, y se les debe decir que ¡no fue su culpa! ¡Los niños también pueden tener el sueño de que sus papas vuelvan a estar juntos otra vez y algunos hijos son usados por los padres como peones! Usando a sus hijos para contactar a su ex pareja por medio de un mensaje o una llamada telefónica, esto puede incluir también las discusiones, quejas sobre la pensión alimenticia, falta de dinero para los hijos o disciplina para ellos mismo etc… Son temas que se necesitan tratar pero nunca se debe utilizar a los hijos de esta manera.
“y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” (Mateo 19:5-6, ver también Marcos 10:2-12, Lucas 16:18 y I Corintios 7:10-11) La madera contrachapada puede hacerse mediante laminación o pegando trozos de madera, de esta manera pueden ser “unidos” y después “ser uno”, pero para dividirlos (“sepáralos”), terminarán desechos en piezas de ambos lados con un desastre de por medio. Es similar con aquellos que pasan por algún divorcio terminan con sus corazones destrozados. El divorcio no es la salida para un mal matrimonio o una tentación fugaz, pero puede tener efectos duraderos. Y los hijos de un matrimonio anterior siempre pasan un tiempo difícil tratando de aceptar a su nueva mamá o papá. (En tal caso, el nuevo padre tiene que hablar con el niño y decirle, “Yo nunca tomare el lugar de tu padre o madre biológico, aun así tratare de ser un buen padre para ti.”
En Mateo 19:7 le preguntaron a Jesús: “¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla?” Cristo después contesto: “Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así. Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera.” (Mateo 19:8-9, “fornicación” en estos versículos se puede incluir en el tiempo del compromiso) (Ver Mateo 1:18-19). El divorcio era permitido “por la dureza” del corazón de los hombres, “ mas al principio no fue así” el plan de Dios. Los hombres y las mujeres han dicho: “Yo nunca te perdonare,” pero lo tiene que hacer. ¿Por qué, para que estar amargado el resto tu vida? Algunas personas corren de una relación a otra, siempre persiguiendo un arcoíris sin encontrar la felicidad.
He escuchado muchas “horribles historias” sobre esposos que eran borrachos, abusivos, y después de escuchar cómo eran, entiendo por qué la otra persona decidió irse. Pero no sería un buen siervo de Dios sino dijera que algunos en una mala situación como ésta, de algún modo por la gracia de Dios, lucharon por sus matrimonios y ¡volvieron a estar juntos otra vez! Si algún esposo está golpeando o amenazando la vida de su esposa, hay otras opciones en lugar del divorcio. Pueden estar separados, pero no divorciados hasta que pueda existir una reconciliación. “…Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.” (I Corintios 7:10-11)
Los votos matrimoniales dicen: “Prometo desde este día en adelante estar juntos para bien o para mal, en la riqueza o en la pobreza, en la salud o la enfermedad, para amarte y respetarte desde este día y hasta que la muerte nos separe”.
La Biblia dice: “La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor.” (I Corintios 7:39) Cuando decimos los votos en el matrimonio, Dios espera que cumplamos nuestra palabra. (Eclesiastés 5:4-6) Si uno de la pareja del matrimonio, se va durante el divorcio, puede volverse a casar con su primer esposo, pero no si se ha vuelto a casar con otro después de su divorcio. (Ver Deuteronomio 24:4)
En mas de una ocasión, he sabido de parejas que vienen a la casa de Dios buscando ayuda, solo para salir de la iglesia una vez que las cosas mejoran. Teniendo la idea de que “todo está bien ahora,” pero después de un corto periodo uno de ellos se va por que no ven un cambio duradero. ¡Haz una decisión de permanecer fiel a Dios y a su iglesia, incluso si Dios no te da lo que tú deseas! No asumas que tu esposo (a) sabe que hay un problema en tu matrimonio, sino que compartan el uno con el otro sus preocupaciones (cuando estén “solos”, Mateo 18:15) y no ignores el problema. Aprende como hablar sobre un problema sin ser ofensivo. Explica a tu esposo (a) de qué manera vez el problema, de la misma manera que te gustaría que alguien te lo explicara a ti. “Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.” (Lucas 6:31) “La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor.” (Proverbios 15:1, también 25:15) El recordarle a tu esposo (a) sus faltas, especialmente cuando ya se ha arrepentido siempre traerá daño. “El que cubre la falta busca amistad; Mas el que la divulga, aparta al amigo” (Proverbios 17:9) El perdón, el amor, las palabras suaves, y la comprensión son parte de un largo camino para sanar las heridas de un matrimonio. Encentra una buena iglesia, sirvan al Señor juntos y reciban consejería del pastor.
Se ha dicho que un buen matrimonio es como un triángulo con Cristo en lo más alto, y el hombre y la mujer en las esquinas opuestas del triángulo. Entre más cerca estemos de Dios, eso hará que estemos más cerca el uno del otro. ¡Cristo hizo su primer milagro en una boda! Esto lo podemos encontrar en Juan 2:2-11, y la razón por la cual Cristo fue a la boda es porque ¡había sido invitado a ir! Si ambas partes el esposo y la esposa invitan a Cristo a su matrimonio, Él puede poner todas las piezas en su lugar y dejarlas mejor de lo que estaban en un principio. El milagro que el hizo en las bodas fue que el tomo el agua común y la transformo en algo dulce, un vino nuevo.